LAS REDES SOCIALES Y EL PERIODISMO

Sin duda que la existencia de Internet ha provocado un cambio a nivel mundial que, tal vez, aun no hemos evaluado en su totalidad. La nueva realidad virtual tiene un poder de penetración que no se había producido anteriormente de modo alguno. El mundo era una incerteza, una aventura por descubrir y el conocimiento de diversos países países era un privilegio de muy pocos. Hoy en día permanecemos conectados con todo el mundo. Este mismo artículo está siendo escrito desde una ciudad pequeña en Chile y será visto por miles de personas en lugares que ni yo mismo puedo imaginar. Del mismo modo, se puede interactuar con gentes de todo el mundo. Planificar actividades simultáneas y compartir conocimientos. Todo ello a un click de distancia.
El cambio social ha producido también el nacimiento de un nuevo poder. La gente organizada es capaz de producir cambios, de presionar a quienes detentan el poder y de revelar detalles íntimos que producirían la caída de un poderoso o el quiebre de un gobierno. El ciudadano de a pie, común y corriente, es hoy en día un gran censor y su voz se puede escuchar y sus decisiones también llegar a ejecutar.
De allí entonces que los medios de difusión se han tenido que adaptar a esta nueva realidad. Tenemos hoy periódicos virtuales que nos informan al instante de lo que está ocurriendo en el mundo. Nuestra ventana es nuestra pantalla. Es la puerta hacia el mundo y podemos entrar y salir, mostrar lo que queremos y, asimismo, estamos disponibles para recibir a cambio la información que otros nos envían.
El principio de confianza resulta acá de trascendental importancia. Se debe confiar en la fidelidad de la información recibida. El rumor irresponsable puede producir un daño irreparable ya que su difusión en la red es, prácticamente  incontrolable. De allí resulta entonces la importancia de contar con comunicadores que emitan información real, veraz, cierta, confiable. Si así no ocurre se producirá una defraudación en las expectativas ciudadanas y el medio perderá su confiabilidad. 
El periodismo hoy, más que nunca, requiere asumir esta responsabilidad y transformarse en un canal de comunicación que produzca en nosotros confianza y que nos permita, asimismo, ser depositarios de sus descubrimientos.
Un poco de estadísticas nos señala que : Los periódicos han sido impactados de lleno por el Internet. Muchos de ellos han tenido que cerrar por la baja de las ventas. Entre 2005 y 2009 la circulación de periódicos bajó un 15.9% en Gran Bretaña, un 13.3% en Estados Unidos, un 8.3% en Alemania y un 5.7% en Francia. En 2009 la circulación mundial de periódicos en el mundo alcanzaba una cifra de 517 millones de ejemplares diariamente. Pero no todo son malas noticias. En el mismo lapso de tiempo que va de 2005 a 2009 la circulación de periódicos creció 10.4% en China, 20.7% en Brasil y 39.7% en la India ( The Economist, 9 de julio de 2011).

Pero eso produjo también un cambio a nivel mundial: los periódicos debieron cambiar sus estrategias y transformarse en medios virtuales y con ello, arrastrar también a sus anunciantes quienes deberán comenzar a confiar en estos nuevos sistemas de difusión de la información. 
El fin de las distancias es un tema que aun no resulta abordado completamente. Apenas el artículo, la nota o el simple comentario sale publicado por alguno de estos medios, la respuesta es instantánea. El lector no solamente lee la noticia sino que quiere participar de ella. Los "foros" ciudadanos comienzan a operar y sirven de un modo democrático de expresión de sus inquietudes. Tal vez el mayor temor, y aun eso es una incógnita, esté representado por la estrategia comercial que asumirán los medios de difusión a partir de esta nueva realidad.
Algunos medios han optado por cobrar por sus servicios o bien, en parte son públicos y gratuitos y en otra, pagados. El tema no deja de ser relevante e incluso preocupante. La Internet es hoy un fenómenos social, masivo y popular que, en el futuro, podría ser manejado por una elite que decida no solamente controlarlo, sino que cerrarlo y por esa vía, obtener ganancias que no se pueden siquiera dimensionar.
Por ello, abogamos por una red de Internet abierta y democrática que permita al ciudadano expresar su opinión y donde su organización revista un poder de control que haga que, cuando los que deben controlar no lo hagan, lo pueda ejercer la organización ciudadana.

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